Pablo Fuego

Pablo Fuego

El filósofo Heraclito hablaba del fuego como sinónimo de lucha; una lucha constante por dar luz ante los demás, por mantenerse siempre vivo y no llegar a extinguirse.
Estas son algunas de las características que representan a un joven sportinguista que entró por las puertas del Centro Deportivo Tibet tan solo para mantenerse en forma, sin saber que desde ese día cambiaría su vida de tal forma, que al día de hoy, no hay un rincón en la villa marinera donde no se conozca el nombre de Pablo Fuego.
Sus principios en el mundo del boxeo, en la catergoría amateur, se caracterizaron por aprender de cada pelea en el transcurso de los cuatro años que pasaron hasta que saltó al mundo profesional.
El 2013 fue su año clave, después de completar los campeonatos de España, donde volvió con una medalla de bronce y con la sensación de que ya era el momento de cambiar el juego y amarrar los guantes de cuerdas.
Pablo, además de ser un gran admirador de Floyd Mayweather, tiene una fijación especial por el que fue diez años consecutivos campeón del mundo en la categoría del peso mediano, Bernard Hopkins. Por lo que no es raro ver al boxeador realizar gestos en su guardia y en la forma de lanzar los golpes bastante parecidas al 'The Executioner'.
Uno de los grandes objetivos del gijonés es obtener algún título en su carrera profesional, después de dos intentos los cuales han sido sus dos únicas derrotas, viajará a Madrid donde disputará el título de campeón de España del peso ligero ante Eloy Iglesias el 2 de Diciembre.






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